miércoles, 1 de diciembre de 2010

¿Que pasa hoy en día con el maltrato intrafamiliar?


(Elly Espinoza)

Un nuevo acto de violencia intrafamiliar dejó como resultado dos hermanos heridos y un tercer familiar buscado por las autoridades para que responda por lesiones personales. Esto ocurrió en el sector de Loma Barrack.

He visto imágenes de gente que ha sufrido a causa del maltrato intrafamiliar. Hay videos y documentos que muestran la realidad de lo que pasa hoy en día. Lo que está pasando en distintas partes de nuestro país se tiene que hacer escuchar y que las personas que pueden ayudar y que no se han puesto los ‘’pantalones’’ para hacerlo, tomen el peso de la situación.

Lo bueno de ser periodista es que estamos informados de las cosas buenas y malas que pasan y eso nos permite ayudar a la gente que lo necesita. El Internet es unos de los medios más masivos, que nos permite expresarnos, podríamos acceder a este y comunicar lo que está pasando en nuestro país.

Dejo con ustedes estas reflexiones para que piensen y tomen conciencia de las cosas que pasan a nuestro alrededor. Si ustedes pueden divulgar esta información sería una ayuda enorme para que la gente empiece a pensar y tomar más en serio este tema. Subamos este artículo a más medios como: facebook, twitter, etc.

“La belleza se encuentra en el asesinato de inocentes animales”


(Sara Velásquez - Macarena Véjar)

Muchos fabricantes de productos cosméticos y para el hogar como maquillajes o detergentes, someten sus productos a innumerables pruebas y experimentos muy dolorosos a conejos, cobayas y otros mamíferos.

Uno de los experimentos más frecuentes es la prueba o test Draize. Consiste en aplicar dosis exageradas del producto (por ejemplo champú) a uno de los ojos sanos de un conejo inmovilizado por el cuello hasta producir úlceras, llagas, hemorragias y ceguera, mientras el otro ojo sirve de control comparativo.

En otras pruebas (las de dosis letal) se obliga a los animales a ingerir detergentes y otros productos nocivos y se observan sus reacciones (convulsiones, erupciones cutáneas, diarreas, etc.).

Parece obvio que la experimentación dolorosa con animales debería estar prohibida, en vez de requerida por la ley como ocurre con algunos países, por ejemplo Estados Unidos. Sin embargo, esto no es así, de tal manera que lo único que queda por hacer es boicotear los productos de empresas que experimenten con animales.

Como consumidores tenemos el poder de exigir productos en cuya etiqueta aparezca la consigna de no haber experimentado con animales. Mientras cada vez más gente se de cuenta de lo importante que es elegir un producto de este tipo, estaremos obligando a las empresas a dejar de realizar estos crueles e innecesarios experimentos y a promover la difusión de los productos que no involucren animales en su elaboración.

“Bullying Escolar”


Ciro López – Matías Sánchez.

En la mayoría de los colegios de Chile ocurre el un fenómeno que los científicos denominan bullying que sucede cuando los alumnos maltratan a otros alumnos físicamente, psicológicamente y verbalmente.

La palabra “bullying” en inglés significa maltrato e intimidación entre iguales a cargo de un compañero denominado “matón”.

Existe un caso emblemático en Chile de la niña llamada Pamela Pizarro, quien tenía 13 años y vivía en Iquique. Sus compañeras la agredían verbalmente y psicológicamente haciéndole la VIDA IMPOSIBLE. Esto la llevó a tomar la decisión de suicidarse.

Es un fenómeno que se ha empezado a estudiar como respuesta a la creciente violencia escolar, específicamente el maltrato e intimidación que se manifiesta cotidianamente, entre niños, niñas y adolescentes. Este comportamiento violento se da con la intención de dañar a otras personas; es persistente y repetitivo ya que puede durar, semanas, meses o incluso años.

Para nosotros el bullying es muy malo porque cuando a un niño le hacen bullying le baja el autoestima, demuestra desinterés por los estudios, incluso puede llegar a fracasar en el año escolar. También puede tener ansiedad e incluso depresión, puede llegar a tener trastornos mentales e incluso llegar a suicidarse.

Para terminar esperamos que la gente reflexione sobre el bullying y haga público este mensaje para que se tome conciencia sobre el bullying que en Chile ocurre demasiado.

Digan no al maltrato infantil


(Benjamín Chamorro, Matías Ojeda)

Sabía usted que quienes más maltratan a los niños son las mujeres, ya que ellas son las responsables de la crianza de estos. Sin embargo, los que maltratan más violentamente son los hombres. En Chile, de cada 10 niños, 6 son maltratados. El daño hecho puede ser grave sólo si es de forma constante y habitual, de esta manera el maltrato se convierte en la forma en que el adulto se relaciona con el niño.

La mayor parte de los niños maltratados tienden a rebelarse a medida que crecen y muchos buscan apoyo en grupos de amigos: pandillas, barras bravas o se escapan de su dolor a través del consumo de drogas y alcohol. Ellos descargan su rabia (hacia sus padres) con la sociedad, siendo destructivos y “vándalos” frente a cualquier evento público. Estos son los típicos jóvenes que aparecen en las noticias como los autores de “desmanes” en los estadios o los que destruyen la propiedad pública en las manifestaciones de cualquier tipo. Eso es lo que pasa con los niños que fueron agredidos cotidianamente, cuando crecen.

El maltrato infantil es una realidad que está pasando en el mundo y hay que reconocer que por culpa del maltrato infantil los niños cuando crecen se convierten en adolescentes difíciles a los que generalmente no les importa su futuro ni nada y ahí es cuando el problema crece aun más. Ahí es cuando el mundo retrocede en vez de estar avanzando, vamos para atrás y por eso creemos que hay muchas personas que están en contra del maltrato infantil.

Para finalizar, creemos que el gobierno debería tomar medidas más drásticas para los/as maltratadotes/as, como más años en la cárcel depende del daño hecho, y si es muy grave cadena perpetua y al niño mandarlo a un centro de adopción o crear un centro donde los niños que fueron maltratados anteriormente puedan recuperarse de aquel trauma, y si son muy pequeños se pueden dar en adopción después de su recuperación.

DILE NO AL CIRCO CON ANIMALES



(María Ignacia Lira, Sofía Muñoz y Katherine Valdebenito)

El colorido y la música distraen el hecho de que los animales en los circos están atrapados y son forzados a hacer actos no naturales y dolorosos. Los circos perderían todo su esplendor si los detalles de su maltrato, captura, entrenamiento fueran dados a conocer.
Los animales en los circos pasan años con las patas encadenadas, deben actuar aunque se encuentren enfermos, y constantemente reciben amenazas de castigo con grandes ganchos puntiagudos clavados en sus sensibles pieles, en sus caras, en los dedos de los pies y detrás de las rodillas.
Muchos de los animales que son grandes y naturalmente activos, son forzados a pasar la mayor parte de su vida en pequeñas jaulas y únicamente son sacad
os por periodos de tiempo corto
, para entrenar o actuar. Un defensor de animales estaba sorprendido al ver que ni siquiera eran capaces de dar a los animales la suficiente agua. Una provisión de agua limpia no siempre se encuentra en cada lugar. Como resultado, se les limita el agua, y la limpieza de las jaulas y de los animales no es una prioridad.

El castigo físico ha sido por mucho tiempo el método clásico de entrenamiento en los circos., muchas especies son menos capaces de adaptarse a estas técnicas, y como resultado sufren de una gran tensión nerviosa durante estas prácticas. Algunos animales son drogados para que sean más “dóciles” y a muchos otros se les quitan los dientes. El entrenador de animales Pat Derby dice. “Después de 25 años observando y documentando circos, sé que no hay entrenadores bondadosos”.

Cuando los animales ya no sirven para actuar, son permanentemente relegados a estar aislados en jaulas o vendidos a circos sin dinero, zoológicos, campos de tiro (donde los cazadores practican disparándoles), o son vendidos como carne “exótica”. Así sus vidas llegan al final sin haber vivido un solo momento de comodidad o tranquilidad, siempre encerrados, intimidados y en miseria.

En la actualidad no es un misterio para nadie que detrás de la magia y el colorido que exhibe el circo existe un mundo de sufrimiento y terror padecido por los animales en que trabajan en ellos sin haber elegido esa profesión.

Sin embargo, el uso de animales en circos y otros espectáculos, sigue vigente. Algunos empresarios tratan de relativizar el tema argumentando que los animales son bien tratados y sus espectáculos además, de rescatar antiguas tradiciones, tienen carácter educativo.

QUE PUEDES HACER:

· Educa a los niños, a ellos les gustan los animales y les molestara saber que sufren.

· Protesta si el circo está de gira en tu ciudad, escríbeles a los patrocinadores del circo y diles sobre la crueldad, trata de impedir que el circo se ponga, avisa a los demás que hagan lo mismo.

· Haz una mesa educativa y reparte volantes con información

· Organiza una protesta, que todos se enteren que hay mucha gente en contra(María Ignacia Lira, Sofía Muñoz y Katherine Valdebenito)


Los perros vagos en Chile


(Franco Sepúlveda)

La cantidad de perros vagos que hay en Chile es muy numerosa y sigue aumentando, por lo tanto hay un problema de convivencia entre el ser humano y los perros vagos.

Los perros vagos están en muchas partes de todo Chile y el mundo, lo que trae como consecuencia el sacrificio de estos animales, ya que mucha gente cree que estos son una plaga y les da igual lo que pase con ellos.

También puedo dar como ejemplo las tragedias que pueden causar los perros, como transmitir enfermedades, atacar a la gente, etc.

Yo creo que los perros, como los humanos tienen el mismo derecho a vivir y no ser sacrificados, no sólo por ser “superiores” tenemos derecho a pasar por encima de la vida de otro ser.

Consecuencias de este hecho, son las personas que también sufren por aquellos animales y mucha gente que vive en campamento convive con estos animales en basurales y en la extrema pobreza

LA MATANZA DE BALLENAS


(Felipe Mora, Cristóbal Carrillo, Luciano Gracia)

Creemos que la captura está mal porque el siglo pasado llevó a estas criaturas al borde de la extinción.

La Agencia de Pesca del Japón está decidida a asegurar una reapertura de la caza comercial de ballenas a gran escala y una captura anual de miles de ballenas, siendo apoyado por Noruega para así ellos también poder consumirla porque es otro país que se dedica a su caza.

Nosotros creemos que los empresarios de Japón han sobreexplotado las ballenas y ya antes han extinto a otros animales.

Creemos que esto está mal porque afecta al ecosistema y la ballena ya está en peligro de extinción y aun así continúan haciéndolo.

En los cincuenta años entre 1925 y 1975, fueron asesinadas en total 1.500.000 de ballenas. Donde se asesinaron más fue en las aguas que rodean a la Antártica, donde se encuentran el 75% de las ballenas del mundo. La matanza aumentó gracias al desarrollo del arpón explosivo a fines del siglo XIX y por la introducción del buque factoría flotante en 1925. Las flotas balleneras al principio mataban más ballenas de las especie más grande: la ballena azul. Después estas ballenas empezaron a ser más escasas, después empezaron a matar a la segunda más grande: la ballena de aleta.
La sobreexplotación continuó: cuando disminuyó la cantidad de las ballenas de aleta empezaron a matar las ballenas sei y las jorobadas.

EL MALTRATO ANIMAL


(Catalina Alcayaga)

Una noticia que me impresionó mucho buscando algo del maltrato animal es la crueldad a la que puede llegar el hombre, a un ser inferior que muchas veces solo le entrega cariño al amo.

Esto me lleva a pensar que los mismos animales tienen una mejor posición ante la vida que el humano. Basta mirar la televisión para ver como ``seres humanos`` abusan de toros en las fiestas de España o México, donde los animales salen muertos o las peleas de gallos en donde una de las aves resulta muerta. Es extraño que en nuestros días aun se vean estas cosas.

Les voy presentar una historia triste de un perro llamado Boby, cuyo final fue feliz. Los hechos han sucedido en una zona residencial de Cercedilla, Madrid. Un vecino vio como el detenido introducía al perro en una bolsa blanca y comenzaba a cavar un hoyo, en el jardín de su casa. El vecino alarmado ante lo que vió, llamó a la Guardia Civil y una patrulla, que se encontraba en las inmediaciones, acudió rápidamente; los agentes sorprendieron al detenido y le instaron a que abriese la puerta, momentos después entraron al domicilio y pudieron detener este cruel acto.

El perro se encontraba con claros signos de asfixia y fue trasladado a un centro veterinario, donde se consiguió salvarle la vida; mientras tanto el detenido, de 56 años mostró su perplejidad, ya que dijo que tenía libre disposición de su vida y perfecto derecho a hacer lo que quisiera con el animal.

Si prospera la denuncia podría pasar entre tres meses y un año de cárcel, por tener antecedentes de robo y maltrato familiar. El perro, llamado Boby, fue devuelto al propietario original, quien se lo había regalado.

De esta situación vivida en España se puede decir que existen personas que se preocupan por los animales. Gracias a un llamado telefónico esta persona le pudo salvar la vida a Boby.

lunes, 29 de noviembre de 2010

El Grooming: una nueva forma de abusar por internet.



(Simón V. y Ariel E.)



En este trabajo les trataremos el tema del llamado Grooming infantil, el que se puede definir como el acoso sexual por internet a menores. Es un nuevo tipo de problema relativo a la seguridad de los menores en Internet, que surge en mentes depravadas con el objetivo de obtener una satisfacción sexual mediante imágenes eróticas.

El grooming de niños por Internet (o simplemente grooming), también se ha intentado detener por diversos medios. En 2003, MSN puso en marcha restricciones en sus salas de chat con el objeto de proteger a los niños de los adultos que buscaban tener conversaciones de tipo sexual con ellos. En 2005, el fiscal general de Nueva York realizó una investigación sobre las salas de chat de Yahoo! porque permitían crear salas cuyos nombres sugerían que serían empleados con este fin. En octubre de ese mismo año, Yahoo! acordó poner en práctica políticas y procedimientos para impedir la creación de dichas salas en Chile, E.E.U.U, Argentina y en Europa. Nosotros creemos que el Grooming empezó siendo algo muy pequeño en el sentido de cuantos lo hacían y luego se agrandó a un nivel casi mundial, sobre todo desde el año 2010.

Bueno nosotros creemos que las maneras de combatir el grooming en el colegio o en la casa son, por ejemplo, decirles a los niños los riesgos de algunas páginas web y las maneras de prevenirlo, porque nunca logras saber con quién hablas, si es de tu edad, al menos que los conozcas. Les invitamos a todos los que lean este comentario en la internet que opinen sobre el problema del grooming, conversen con sus amigos para que se logre un objetivo que es que no haya más acoso sexual y menos por internet.

sábado, 27 de noviembre de 2010

PROYECTO LIRA POPULAR



¡Holis!
A continuación, están las décimas que uds. escribieron. Desde ya, debo decirles que ha sido un gusto para mí verlos esforzarse y reclamar por este proyecto, que no sólo es muy importante para el colegio, sino que además demuestra que son capaces de hacer grandes cosas.
Bueno, luego de esta declaración, les cuento que las décimas tienen algunos nombres entre paréntesis y estas son las personas que deben memorizarlas. Fijénse bien, porque para algunos/as hay más de una décima. Las demás (sin nombre entre paréntesis) las subí porque hay que mostrarlas :)

Besos y abrazos

Karen

Un día en mi vida rutinaria (Para Giordano)



Y mis lamentos luego de cada jornada

Ya me aburrí de trabajar
De no ver nunca a mi mujer
No ver a mis hijos crecer
¡Y esta no me viene a buscar!
Llego cuando el sol va a bajar
Y cuando ya no hay comida
Y dice que está dormida
Y me doy vuelta a golpearla,
Pero no puedo dañarla
Ya que ella es toda mi vida.

Mis hijos no me respetan,
Quizás porque yo nunca estoy,
Perdónenme por lo que soy
Cuando llego se despiertan,
Y con sus rostros me alientan.
Soy persona muy fría
Ya no me queda alegría,
Mi familia me motiva
A continuar con mi vida,
Y a trabajar todavía.

Mi mujer es mi inspiración,
Por ella voy al lavadero
Sudo entero en este estero
Y ya no tengo redención,
Porque ella es mi única pasión.
Así aguanto todo con apresto,
Y aunque igual siempre apesto,
Yo todo lo hago por ella,
Porque es la mujer más bella,
¡Siempre seguiré con esto!

Juan Pablo Heresi y Javiera Martínez

¡A luchar por la tierra! (Para Alberto)



Yo Michimalonco, declaro el momento de nuestra victoria

Fuera o dentro de batalla
Me preparo para lo peor
Que mis hombres den lo mejor
En el alma una muralla
La presión de la batalla
Miedo, no hay que demostrar
Miedo, sólo hay que guardar
Para eliminarlos a ellos
Que asesinaron mi pueblo
¡Es el momento de luchar!

La victoria ha sido amarga
Por siete caciques muertos
Y es todo lo que yo cuento
Con un nudo en la garganta
Me llega hasta el alma
Pero ya sacamos algo
Quemamos todo Santiago
Y cuatro huincas cayeron
Esta vez ellos sufrieron
Aun nuestro camino es largo

“¡Hombres, hijos de la tierra
Sientan su rabia y dolor
Por la mano del agresor
Al que nuestro pueblo aterra
Es tiempo ya de la guerra
Tierra mía te reclamo
Ya que tanto te amamos
Nos liberaste del inca
Llegó la hora del huinca
Con tu protección sigamos!”

Florencia Vargas Besoain

Carta para Pedro de Valdivia del Emperador Carlos V



Relación en respuesta a la petición de mi vasallo

Os escribo yo desde aquí,
Yo el soberano de España,
Nada más guardo en mis pestañas,
Nadie se oculta allí, ni a mí.
Con lo que concluirá así
Lo que te pienso decir hoy,
A conquistar a Chile voy.
Que nadie se atreva a decir
Que España no quiere asistir
En la conquista en la que estoy.

Valdivia yo te ayudaré,
No confió en tu expedición,
Que me causa complicación
En la que yo decidiré,
Y con esto terminaré
Decidiéndome a apoyarte
Aun sin querer resguardarte
Doy mis indios auxiliares,
Españoles militares
Y dinero pa’ expresarte.

Pedro sea así, es el destino
Voy a ofrecerte mi ayuda
Pero ya deja las dudas
Mejor sigue tu camino
Te mando un peregrino
Así te ayude a conquistar
Pero ya deja de ocultar
Yo no confió en tu verdad
Estás lleno de maldad
Mejor deja de molestar.


Orlando Bascur-Consuelo Lynam

Confesiones del Malga Malga (Para Belén)

Cada tarde le pregunto al viento

Soy la voz del Malga Malga
Estoy to’o repleto de oro
Pero ya esto no es tesoro
Mis aguas se han vuelto amargas
Mis noches se han hecho largas
Mi caudal trae pobreza
Despojado de riquezas
Les digo que esto no es cuento
Hoy preguntémosle al viento
Él conoce mis tristezas

Desde que yo lo recuerdo
En mis tierras siempre había
Flores que me recibían
Contentas del lado izquierdo
Tuvimos un desacuerdo
Vinieron los indígenas
Sin saber de sus condenas
Cuando españoles llegaron
A mucha gente mataron
Ahora sólo quedan penas

Mis aguas ya no son claras
No son bellas transparentes
Le digo póngase lentes
Un color rojo observará
Impresionado quedará
Donde jóvenes valientes
Batallaron por sus gentes
Aun espero con confianza
También guardo la esperanza
En mi flujo están presentes


Marinella Caniggia

Se acerca la batalla de honor (Para José Tomás)



Hemos venido de grandes tierras a triunfar

Todo ya está por empezar
La batalla ya se acerca
Largo viaje se presenta
Para poco a poco avanzar
Y a este pueblo sucio arrasar
Y sin piedad conquistarlo
Por completo dominarlo
Ya como todos los demás
Soy una persona capaz:
¡Mi gran sueño es demostrarlo!

Y poco a poco llegarán
Las grandes ansias de ganar
Toda frontera conquistar
Ya los grandes tiempos vendrán
Y esos indios caminarán
Por nuestra voz se ordenarán
Ellos piensan que ganarán
Ante este gran ejército
Pero mi presentimiento
¡Es que la España triunfará!

El tiempo se terminará
Los indios nos esperan ya
Comenzará la batalla
Y la tierra reaccionará
A nuestro favor jugará
Esta vez sí confesaré
Que a estos hombres derrotaré
La Gran España ganará
Digo sin duda triunfará
¡Con cabeza en alto me iré!


Josefina Matheus

Y nos han capturado las bestias (Para Macarena)



De cómo una niña observa la Conquista

En la orilla del estero
Lavando ropa del patrón
Veo mucha desilusión
A mi padre prisionero
Y por unos traicioneros
Mi madre fue maltratada,
Me siento toda asustada
Yo había sido testigo,
Pero no fui consolada.

Miro al estero y ya observo
Que los soldados se alistan
Pa’ la batalla y revisan
Que estén cautivos los siervos.
Imágenes que conservo
Mi familia fue abusada
Después miro la llegada
¡Ejército de las bestias!
Arrasaron sin modestia
A la tierra castigada.

Veo cómo ya planean
Para el ataque próximo
Ordenan con muchísimo
Detalle, casas saquean
Valles y quebradas queman.
Corro para protegerme,
Vienen amenazándome
Con esas miradas y armas
A mí eso no me da calma
Mi hora está terminándose.



Makarena Pavez

Confesiones de una mujer indígena (Para Florencia)



Y de cómo el amor resiste

¡Y este bruto que no llega!
¿Se enojará al no haber nada?
Yo me siento deshechada
Trabajando como hormiga
Aquí sola sin mi amiga.
Me aburrí de su trabajo
Que lo tratan como el ajo…
Sólo espero el anochecer
Para que me haga su mujer,
Y se le quite el enojo.

Me desperté y ya no estaba
Y sigue todo como era
Pero él estando allá afuera.
Mientras yo me levantaba
Mi esposo ya trabajaba,
Pero no aguanto su ceño
Creo que le falta ingenio,
Y asumir su mala actitud
Para encontrar una virtud,
Y así aceptar su mal genio.

Pero a pesar de todo esto,
Aun yo aquí sigo amándolo
Aunque yo pase odiándolo,
Se merece mi respeto
¡Y mi caminar coqueto!
Yo sé que a veces apesta
Y eso sí que me molesta,
Pero hago que se me bañe
Aunque él siempre me regañe,
Yo por su amor sigo honesta.

Javiera Martínez-Juan Pablo Heresi

La lucha del gobernador



De cómo un soldado valiente quiso a Chile conquistar


Pedro en sus caballos llegó
Buscando conquistar tierras
Incitando grandes guerras
Como triunfador se lanzó.
Y como valiente saltó
Se enamoró a una mujer
Maestro, le enseñó del querer
Con mucha pasión le amaba
Pero ella ya lo engañaba
Mas él no se dejó vencer.

Con gran esfuerzo consiguió
El buen poder de conquistar.
Él nunca dejó de luchar
Un buen amigo lo guió,
Con mucho cansancio siguió
Gobernador se convirtió
Y de Santiago se adueñó,
Pero en busca de otras tierras
Con los caminos en guerras
Con mucho dolor fracasó.

Y después de la destrucción
Al señor Monroy conoció
Un buen amigo consiguió
Fue con bastante discreción
Y con plan de renovación
Fue quien lo ayudó a reinventar
Santiago pudo rescatar
De entre el escombro y la piedra
Se fueron lentas las guerras
¡Santiago pudo levantar!


Belén Andrade

Historia de la conquista de Chile

Relación de Valdivia con Carlos V
Después del viaje de Almagro
Nadie quiso a Chile venir
Un valiente hombre decidió ir
Él que quería un milagro.
Para no seguir amargo
También soldados buscaba
Y muchos indios anhelaba
Para las tierras conquistar
A Nueva Toledo llegar,
Hasta su empresa gastaba.

Valdivia quería poder
También dinero, oro y tierras
Fue así como llegó apenas
A Chile que era su querer.
Sufrió mucha hambre a más no haber,
Todo trató de superar
Con los indios debió luchar
Supo sería difícil
No conoció a nadie dócil
Y una ciudad logró fundar.

Para dinero conseguir
A Carlos Quinto le escribió
Su apoyo lo necesitó
Porque quería subsistir.
Recursos ansió recibir
Le suplicó al emperador
Habló de un modo encantador
Insistió humillantemente
Cedió el rey rápidamente
Y quedó como un triunfador.


Mónica Providel- Macarena Carvajal

Historia del español arrepentido (Para José Tomás)

Y de cómo mi vida se amarga sin poder yo evitarlo


Partimos desde la Europa
Liderados por Valdivia
Trabajando día a día
Dirigiendo nuestra tropa.
Mi caballo a la galopa,
Agotados por el viaje
Paramos bajo el follaje
Preparando la conquista
Bajo una rutina estricta
Movemos nuestro equipaje.

Vimos a los indígenas,
Una tribu escandalosa,
Sus miradas peligrosas
-Valentía en nuestras venas-.
Y sacamos las cadenas
Amarramos a los hombres
No recuerdo ni sus nombres
Las mujeres maltratadas
Golpeadas y acuchilladas
Sometidas por azotes.

Agarré a unos prisioneros
Los dejé cerca del río
Pero sentía un vacío
Y les dije muy certero:
“Os prometo que no quiero
Provocarles más heridas.
Mi alma está arrepentida,
Perdónenme por el daño,
Me siento como un extraño
En este cuerpo sin vida”.



Nicolás Silva Torres

Un dolor en el alma (Para Giordano)

Se desangra el sentimiento indígena

Derramando sangre amiga
Mis tierras fueron malditas
Y mi gente se marchita
Causando una gran fatiga
Con las tierras enemigas
Defendiendo a mí pueblo
Desafiándolos a duelo
Para evitar el destierro
Choco mis espadas de hierro
Para no caer al suelo

Hoy desperté con látigo
Para servirle al español
Nos ponemos en descontrol
Y por eso los maldigo
Por sus constantes castigos
Para conseguir nuestro oro
Y por eso aquí lloro
Por el maldito maltrato
Y no soporto más rato.
¡Ya mi vida no es tesoro!

Hoy desperté sin esposa
Y no me he enterado por qué
Y no quiero saber, y qué
Quizás esté en una poza
O tirada en una choza,
¡Abusada por aquellos!
Sus ojos eran destellos
Y estoy sintiendo pena
Por esta eterna condena
¡Ojalá que fuera un sueño!

Noemí Moya – José Tomás Vásquez

Carta de Valdivia a Carlos V (Para Nicolás)

A vuestra merced os pido su sagradísima piedad
Me inclino a vuestra majestad
Para contaros mis viajes
Por torrentosos oleajes
Gracias a Dios y su bondad.
Salimos de esta tempestad
Para el cristianismo traer
Y a las rebeldías vencer
Pocos hombres conseguimos
Así aún no nos rendimos
Perseverancia he de tener.

A vuestra merced os pido
Su sagradísima piedad
Para salir de esta crueldad
A la que a mí me han traído
Mis deseos expansivos.
El oro ya se ha acabado
Los lavaderos gastados
Con el fin de evangelizar
Pido gente para apoyar
Todo lo que aquí forjamos.

Suplico humillantemente
Me conceda su majestad
Gastos que con dificultad
He empleado astutamente
Y de forma complaciente
Quinientos mil pesos de oro
Consumiendo mi tesoro
He invertido en este viaje
Le pido por mis mensajes
Me conceda lo que imploro.


Mónica Providel – Macarena Carvajal

Carta de Pedro de Valdivia a Inés de Suárez (Para Nicolás)

Para no seguir siendo prisioneros

Tú siempre estás en mi mente
Llenando mis pensamientos
Alegrando los momentos
Que he vivido tristemente.
Mientras tú muy lentamente
Te alejas hoy de mi vida
Sin sentido, Inés querida,
Ya no huyas de mi corazón
Estoy perdiendo la razón
Dejo lágrimas vertidas.

Yo mientras voy en mi caballo
Pienso en tu ruda belleza…
Si no fuera por riquezas
Y por esos gobernallos
Que exigen a sus vasallos
Y no permiten el amor
Por diferencias y temor.
Si todo fuera distinto
Y ocuparan el instinto,
Ya no sentiría dolor.

Inés del corazón mío,
Ya no dejo de extrañarte
Jamás yo podré olvidarte
Y es que ya no tengo alivio.
Al mirar tu rostro frio
Ya me invaden los deseos
Y esos tontos hormigueos.
Es por eso, Inés querida,
Yo si te quiero en mi vida
Ya no seamos prisioneros.


Javiera Vargas-Camila Vidal

Confesiones de un español arrepentido

Y de cómo vivo cada jornada sin poder acostumbrarme

Sentir esto cada tarde
Es una muestra de poder
Y después al anochecer
Me siento todo un cobarde
En este infierno que ya arde.
No sé cómo poder cambiar
Esta manera de tratar
Al poblador indígena
Que trabaja de la arena
Pues, no debemos abusar.

Obligando a lavar oro
Es mi manera de vivir
Hasta me cuesta sonreír
De a poco me deterioro.
Esto pasa por el oro
Que necesita el español
Que va y se oculta bajo el sol,
No es manera de tratarlos
Sólo quiero ayudarlos
Ya no puedo con este rol.

“¡Sigue trabajando esclavo!”
Se les grita todo el día
Sin un poco de alegría
Él dice “El oro yo lavo”
Y entre sus piernas el rabo.
Esperando que haya un cambio
En el trato con el indio
Sólo sigo la corriente
Como el resto del a gente
Aguantándome el cansancio.





Javier Zelada

Carta de Inés de Suárez a Pedro de Valdivia (Para Javiera)



A pesar de la adversidad en el amor todo es posible…

Me encontraba en la mañana
Recordando los momentos
Que abundan mis pensamientos
Mientras siempre te esperaba
Cada día más anciana.
Yo solo quería amarte
Pensaba siempre en besarte
Y yo seguiré pensando
Con mi corazón flechado,
Pero sólo soy tu amante.

Pedro, eres mi acompañante
Esta vez ya no es la cuarta
Que yo te escribo esta carta:
Espero no ser amante,
Te lo digo es importante,
En mi vientre llevo un crío
Quiero que no seas frío
Sólo quiero verte feliz
Y que no quede cicatriz
En mi corazón parti’o.

Pedro, quiero disculparme
Porque soy muy molestosa
Siempre he sido muy celosa,
Algo quiero confesarte
Su corazón ya no late
Me he quedado sin aliento
Está muriendo muy lento
Espero que sólo entiendas
Y que me mandes respuesta
Porque nuestro bebé ha muerto.

Javiera Vargas- Máximo Montecinos

Un solo color mezclado (Para Francisco)

Carta de amor de un español a una indígena


Trabajando me encontraba
Siendo un hombre poco feliz
Convertido en un infeliz
Algo faltaba en mi vida
Una mujer no tenía
Me encontraba tristemente
Caminando lentamente
A la orilla del estero
Sé que no soy el primero
En destrozarme la mente.

Insistiendo yo en buscarte
Quizás estás sacando oro
Lo que siempre es el tesoro,
Pero quiero respetarte
Y nunca jamás fallarte
Porque siempre te iré a buscar
Ya no puedo dejar de amar
Nuestro amor está prohibido
Me encuentro comprometido y
Quiero a tu cuerpo respetar.

Nunca jamás soportarán
Nos tratarán de separar
Y de un solo mundo arrojar
Pero ciegos ellos serán
Y nunca nuestro amor verán
Iremos encadenados
Y estaremos amarrados
Hasta volvernos ancianos
Los dos siempre apasionados
Un solo color mezclado.

Javiera Vargas- Camila Vidal- Máximo Montecinos

La protección al indígena



Yo, Bartolomé de las Casas, exijo igualdad para los indios

Lo siento mucho por ellos,
Por su sangre derramada
Yo siempre a aquellos amaba
Y hoy recuerdo sus más bellos
Cantos en los que el destello
De la tierra relucía
Como la Virgen María,
Pero ahora estoy sufriendo
Por lo que viene ocurriendo
En estos horribles días.

Un nuevo día de azotes
Y sólo puedo observarlos
Y nada más que mirarlos
En sus malditos barrotes
De tenebrosos garrotes
E imparables latigazos
Me gustaría abrazarlos
Para seguir ayudando
Y poder estar sanando
A los pobres azotados.

Soy la Voz de la tristeza
y de los necesitados
de los pobres maltratados
de los que tienen pereza
de ayudar a la nobleza.
Mi nombre es Don Bartolomé
Y le suplico a su merced
Tome mi rey, las medidas
Para seguir con sus vidas
Sin alejarlos de la fe.




Alberto Chamorro
José Tomás Vásquez

Mi voz de despedida (Para Belén)

De cómo los colores no dejarán nunca de mezclarse


Más allá de ese maltrato
Los obligan a trabajar
Para poder esclavizar
Sin ningún tipo de trato
A un desagradable rato
Todo el tiempo los ofenden
Pero algunos los comprenden
El lugar ya no es el mismo
Y se ha vuelto un abismo
Los indígenas lo entienden.

Me encuentro casi siempre igual
Con el mismo ánimo de ayer
Y fluyo en el amanecer
Veo crecer un patagual
Y pienso que nada es igual
Trabajo más en el día
Con mucha más armonía
Les doy todo su sustento
Tengo buen presentimiento
Aquí hay algo de alegría

Soy la voz del Malga Malga
Traigo penas y riquezas
Me desprendo las tristezas
Que volvieron mi alma amarga.
Cada vida siempre es larga
Llena de muchos colores
No tengamos más temores
Ya de mezclarnos con bondad
Que mis aguas son de hermandad
¡Olvidemos los rencores!




Noemí Moya-Alberto Chamorro- José Tomás Vásquez-Nicolás Silva

domingo, 3 de octubre de 2010

Plan lector 8° básico - 13 de Octubre



¡Hola!

Los siguientes poemas serán evaluados en la comprensión lectora de este mes:

- Mujeres del mundo: Uníos (Teresa Calderón)
- Soneto XVII (Pablo Neruda)
- Carta del suicida (Gonzalo Rojas)
- Guerra (Miguel Hernández)
- Es olvido (Nicanor Parra)

Recuerden que para la prueba deben llevarlos impresos individualmente.

Abrazos

Karen

Mujeres del mundo: Uníos - Teresa Calderón



Arriba mujeres del mundo
La buena niña
Y la buena para el leseo
Las hermanitas de los pobres y amiguitas de los ricos
La galla chora y la mosca muerta
La galla hueca y el medio pollo
La cabra lesa y la cabra chica metida a grande
Canchera la cabra
Y la que volvió al redil

La que se echa una canita al aire
La que cayó en cana o al litro
Y la caída del catre
Las penelopes
Matas haris y juanas de arco
La que tiene las hechas y las sospechas
La que se mete a monja
O en camisas de once varas.
La mina loca la mina rica
Pedazo de mina
La que no tenga perro que le ladre
Y la que "tenga un bacán que la acamale"
Arriba las mujeres del mundo
La comadre que saca los choros del canasto
Los pies del plato
Y las castañas con la mano del gato
Las damas de blanco azul y rojo
Las de morado
Las damas juanas y damiselas
Todas las damas y las nunca tanto

La liviana de cascos
Y la pesada de sangre
La tonta que se pasó de viva y la tonta morales
La que se hace la tonta si le conviene
La que no sabe nada de nada
Y esa que se las sabe por libro

La madre del año arriba,
Madre hay una sola
Y las que se salieron de madre

Arriba mujeres del mundo:
La cabra que canta pidiendo limosna
La que como le cantan baila
Y la que no canto ni en la parrilla

Arriba todas las que tengan
Vela en este entierro
La que pasa la lista
Y la que se pasa de lista

La aparecida y la desaparecida
La que se ríe en la fila
Y la que ríe último ríe mejor:

La natasha la eliana la pía
La paz la anamaría la lila
La angelina y la cristina
La que anda revolviendo el gallinero
La que pasa pellejerías
Y la que no arriesga el pellejo
La dejada por el tren
O por la mano de Dios.

Que se alcen las mujeres con valor
las pierdeteuna
y las que se las ha perdido todas
la percanta que se pasa para la punta
y esa que apuntan con los fusiles.

Soneto XVII - Pablo Neruda



No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.
Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.
Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

Carta del suicida - Gonzalo Rojas



Juro que esta mujer me ha partido los sesos.
Porque ella sale y entra como una bala loca,
y abre mis parietales, y nunca cicatriza,
así sople el verano o el invierno,
así viva feliz sentado sobre el triunfo
y el estómago lleno, como un cóndor saciado,
así padezca el látigo del hambre, así me acueste
o me levante, y me hunda de cabeza en el día
como una piedra bajo la corriente cambiante,
así toque mi cítara para engañarme, así
se abra una puerta y entren diez mujeres desnudas,
marcadas sus espaldas con mi letra, y se arrojen
unas sobre otras hasta consumirse,
juro que ella perdura, porque ella sale y entra
como una bala loca
me sigue adonde voy y me sirve de hada,
me besa con lujuria
tratando de escaparse de la muerte,
y cuando caigo al sueño, se hospeda en mi columna
vertebral, y me grita pidiéndome socorro,
me arrebata a los cielos, como un cóndor sin madre
empollado en la muerte.

Guerra - Miguel Hernández



Todas las madres del mundo,
ocultan el vientre, tiemblan,
y quisieran retirarse,
a virginidades ciegas,
el origen solitario
y el pasado sin herencia.
Pálida, sobrecogida
la fecundidad se queda.
El mar tiene sed y tiene
sed de ser agua la tierra.
Alarga la llama el odio
y el amor cierra las puertas.
Voces como lanzas vibran,
voces como bayonetas.
Bocas como puños vienen,
puños como cascos llegan.
Pechos como muros roncos,
piernas como patas recias.
El corazón se revuelve,
se atorbellina, revienta.
Arroja contra los ojos
súbitas espumas negras.

La sangre enarbola el cuerpo,
precipita la cabeza
y busca un hueco, una herida
por donde lanzarse afuera.
La sangre recorre el mundo
enjaulada, insatisfecha.
Las flores se desvanecen
devoradas por la hierba.
Ansias de matar invaden
el fondo de la azucena.
Acoplarse con metales
todos los cuerpos anhelan:
desposarse, poseerse
de una terrible manera.

Desaparecer: el ansia
general, creciente, reina.
Un fantasma de estandartes,
una bandera quimérica,
un mito de patrias: una
grave ficción de fronteras.
Músicas exasperadas,
duras como botas, huellan
la faz de las esperanzas
y de las entrañas tiernas.
Crepita el alma, la ira.
El llanto relampaguea.
¿Para qué quiero la luz
si tropiezo con tinieblas?

Pasiones como clarines,
coplas, trompas que aconsejan
devorarse ser a ser,
destruirse, piedra a piedra.
Relinchos. Retumbos. Truenos.
Salivazos. Besos. Ruedas.
Espuelas. Espadas locas
abren una herida inmensa.

Después, el silencio, mudo
de algodón, blanco de vendas,
cárdeno de cirugía,
mutilado de tristeza.
El silencio. Y el laurel
en un rincón de osamentas.
Y un tambor enamorado,
como un vientre tenso, suena
detrás del innumerable
muerto que jamás se aleja.

Es olvido - Nicanor Parra



Juro que no recuerdo ni su nombre,
Mas moriré llamándola María,
No por simple capricho de poeta:
Por su aspecto de plaza de provincia.

¡Tiempos aquellos!, yo un espantapájaros,
Ella una joven pálida y sombría.
Al volver una tarde del Liceo
Supe de la su muerte inmerecida,
Nueva que me causó tal desengaño
Que derramé una lágrima al oírla.
Una lágrima, sí, ¡quién lo creyera!
Y eso que soy persona de energía.

Si he de conceder crédito a lo dicho
Por la gente que trajo la noticia
Debo creer, sin vacilar un punto,
Que murió con mi nombre en las pupilas.
Hecho que me sorprende, porque nunca
Fue para mí otra cosa que una amiga.
Nunca tuve con ella más que simples
Relaciones de estricta cortesía,
Nada más que palabras y palabras
Y una que otra mención de golondrinas.

La conocí en mi pueblo (de mi pueblo
Sólo queda un puñado de cenizas),
Pero jamás vi en ella otro destino
Que el de una joven triste y pensativa
Tanto fue así que hasta llegué a tratarla
Con el celeste nombre de María,
Circunstancia que prueba claramente
La exactitud central de mi doctrina.

Puede ser que una vez la haya besado,
¡Quién es el que no besa a sus amigas!
Pero tened presente que lo hice
Sin darme cuenta bien de lo que hacía.

No negaré, eso sí, que me gustaba
Su inmaterial y vaga compañía
Que era como el espíritu sereno
Que a las flores domésticas anima.
Yo no puedo ocultar de ningún modo
La importancia que tuvo su sonrisa
Ni desvirtuar el favorable influjo
Que hasta en las mismas piedras ejercía.

Agreguemos, aún, que de la noche
Fueron sus ojos fuente fidedigna.
Mas, a pesar de todo, es necesario
Que comprendan que yo no la quería
Sino con ese vago sentimiento
Con que a un pariente enfermo se designa.

Sin embargo sucede, sin embargo,
Lo que a esta fecha aún me maravilla,
Ese inaudito y singular ejemplo
De morir con mi nombre en las pupilas,
Ella, múltiple rosa inmaculada,
Ella que era una lámpara legítima.

Tiene razón, mucha razón, la gente
Que se pasa quejando noche y día
De que el mundo traidor en que vivimos
Vale menos que rueda detenida:
Mucho más honorable es una tumba,
Vale más una hoja enmohecida.
Nada es verdad, aquí nada perdura,
Ni el color del cristal con que se mira.

Hoy es un día azul de primavera,
Creo que moriré de poesía,
De esa famosa joven melancólica
No recuerdo ni el nombre que tenía.
Sólo sé que pasó por este mundo
Como una paloma fugitiva:
La olvidé sin quererlo, lentamente,
Como todas las cosas de la vida.

martes, 21 de septiembre de 2010

Títeres - 8º básico



¡Hola!
En los siguientes links encontrarán páginas muy interesantes para realizar sus obras de teatro con títeres, estas incluyen guiones y herramientas para la confección.

Abrazos :)

http://www.titeresburbujas.com.ar/

http://www.titerenet.com/

http://www.titerenet.com/2006/03/25/un-guion-para-teatro-de-titeres/

http://www.rmm.cl/index_sub2.php?id_contenido=10454&id_seccion=2815&id_portal=432

http://www.solytierra.com/teatro.htm

lunes, 20 de septiembre de 2010

Plan Lector 5 de Octubre - Primero Medio



¡Hola!

Los siguientes poemas (publicados en esta misma página) entrarán en la comprensión lectora del mes de Octubre:

El lenguaje del cielo - Jorge Teillier
Cold in hand blues - Alejandra Pizarnik
Carta del suicida - Gonzalo Rojas
Tarde en el hospital - Carlos Pezoa Véliz
Tarde en este hospital - Mauricio Redolés
Cartas de creencia - Octavio Paz
Oda al día feliz - Pablo Neruda

La prueba es fundamentalmente de interpretación, por lo que ese día podrán tener los poemas impresos. Recuerden buscar en el diccionario de la RAE las palabras que no entiendan.

Un abrazo

Karen

El lenguaje del cielo - Jorge Teillier



El cielo habla un lenguaje gris,
y callan la grave voz del vino,
la leve voz del té.
Los espejos se fatigan
de repetir el nombre de las cosas.
No dicen nada. No dicen: "un visitante",
"las moscas", "el libro sobre la mesa".
No dicen nada los espejos.
Canción cantada para que nadie la oiga
es la esperanza de que esto cambie.
Niños que se acercan al ataúd del amigo muerto,
paso de ratas frente a la estufa en silencio,
el halo de humo pobre que hace rey al tejado,
o todo lo que desaparece de pronto
como el plateado salto del salmón sobre el río.
Una ráfaga apaga los ciruelos,
dispersa las cenizas de sus follajes,
arruga la vacía faz de las glicinas.
Todo lo que está aquí
parece estar verdaderamente en otro lugar.
Los jóvenes no pueden volver a casa
porque ningún padre los espera
y el amor no tiene lecho donde yacer.
El reloj murmura que es preciso dormir,
olvidar la luz de este día
que no era sino la noche sonámbula,
las manos de los pobres
a quienes no dimos nada.
"Hay que dormir", murmura el reloj.
Y el sueño es la paletada de tierra que lo acalla.

Cold in hand blues - Alejandra Pizarnik



y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo

Carta del suicida - Gonzalo Rojas



Juro que esta mujer me ha partido los sesos,
Por que ella sale y entra como una bala loca,
Y abre mis parietales y nunca cicatriza,
Así sople el verano o el invierno,
Así viva feliz sentado sobre el triunfo
Y el estomago lleno, como un cóndor saciado,
Así padezca el látigo del hambre,
así me acueste
O me levante, y me hunda de cabeza en el día
Como una piedra bajo la corriente cambiante.

Así toque mi citara para engañarme, así
Se habrá una puerta y entren diez mujeres desnudas,
Marcadas sus espaldas con mi letra, y se arrojen
Unas sobre otras hasta consumirse.

Juro que ella perdura porque ella sale y entra
Como una bala loca,
Me sigue a donde voy y me sirve de hada.

Tarde en el hospital - Carlos Pezoa Véliz



Sobre el campo el agua mustia
cae fina, grácil, leve;
sobre el campo cae angustia:
llueve.

Y pues solo en amplia pieza
yazgo en cama, yazgo enfermo,
para espantar la tristeza,
duermo.

Pero el agua ha lloriqueado
junto a mi, cansada, leve;
despierto sobresaltado;
llueve.

Entonces, muerto de angustia,
ante el panorama inmenso,
mientras cae el agua mustia,
pienso.

Tarde en este hospital - Mauricio Redolés



olor a patas y a crema nivea
mientras el hastío de las cinco de la tarde del lunes
unemployed/heurístico
lo invade esta textura laxa.

Las llamas de la estufa
traen calor lúdico y santo a mis pies.
pero este decimonónico olor a hexagonal
no es nada al lado
de la estatuilla pascuense fálica del viejo Valle
que seria y capaz de refleja en el espejo

todo está bañado
por el famoso conjunto chileno Quilapayún
de los very early seventies
reinterpretando los guerrilleros bajan para el sur

y la canción estalla en los espejos
y la canción estrella los reflejos
y sale más allá
va
vuela

pero este olor tan raro
y el hastío y afuera
grácil
tenue
fina
leve
la lluvia llueve.

Cartas de creencia (fragmento) - Octavio Paz



Las palabras son inciertas
y dicen cosas inciertas.
Pero digan esto o aquello,
nos dicen.
Amor es una palabra equívoca,
como todas.

Amar:
hacer de un alma un cuerpo,
hacer de un cuerpo un alma,
hacer un tú de una presencia.
Amar:
abrir la puerta prohibida,
pasaje
que nos lleva al otro lado del tiempo.
Instante:
reverso de la muerte,
nuestra frágil eternidad.

Amar es perderse en el tiempo,
ser espejo entre espejos.
Es idolatría:
endiosar una criatura
y a lo que es temporal llamar eterno.

Tal vez amar es aprender
a caminar por este mundo.
Aprender a quedarnos quietos
como el tilo y la encina de la fábula.
Aprender a mirar.
Tu mirada es sembradora.
Plantó un árbol.
Yo hablo
porque tú meces los follajes.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Oda al día feliz - Pablo Neruda


ESTA vez dejadme
ser feliz,
nada ha pasado a nadie,
no estoy en parte alguna,
sucede solamente
que soy feliz
por los cuatro costados
del corazón, andando,
durmiendo o escribiendo.
Qué voy a hacerle, soy
feliz.
Soy más innumerable
que el pasto
en las praderas,
siento la piel como un árbol rugoso
y el agua abajo,
los pájaros arriba,
el mar como un anillo
en mi cintura,
hecha de pan y piedra la tierra
el aire canta como una guitarra.

Tú a mi lado en la arena
eres arena,
tú cantas y eres canto,
el mundo
es hoy mi alma,
canto y arena,
el mundo
es hoy tu boca,
dejadme
en tu boca y en la arena
ser feliz,
ser feliz porque sí, porque respiro
y porque tú respiras,
ser feliz porque toco
tu rodilla
y es como si tocara
la piel azul del cielo
y su frescura.

Hoy dejadme
a mí solo
ser feliz,
con todos o sin todos,
ser feliz
con el pasto
y la arena,
ser feliz
con el aire y la tierra,
ser feliz,
contigo, con tu boca,
ser feliz.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Blues for Maggie - Julio Cortázar



Ya ves
nada es serio ni digno de que se tome en cuenta,
nos hicimos jugando todo el mal necesario

ya ves, no es una carta esto,

nos dimos esa miel de la noche, los bares,
el placer boca abajo, los cigarrillos turbios
cuando el cielo raso tiembla la luz del alba,

ya ves,
yo sigo pensando en ti,

no te escribo, de pronto miro el cielo, esa nube que pasa
y tú quizás allá en tu malecón mirarás una nube
y eso es mi carta, algo que corre indescifrable y lluvia.

Nos hicimos jugando todo el mal necesario,
el tiempo pone el resto, los oseznos
duermen junto a una ardilla deshojada.

lunes, 30 de agosto de 2010

Plan Lector Septiembre 2º Medio

¡Hola!

A continuación están los textos que entran en la comprensión lectora del mes de Septiembre, todos de Julio Cortázar:

-Para leer en forma interrogativa
-Bolero
-Instrucciones para dar cuerda a un reloj
-Instrucciones para llorar
-La continuidad de los parques
-La noche boca arriba
-Axolotl

En las columnas de la derecha hay un link de Julio Cortázar, ahí podrán informarse acerca de sus obras y de su vida. Además, hay audio en algunos textos.

Un abrazo

Karen

Para leer en forma interrogativa- Julio Cortázar



Has visto
verdaderamente has visto
la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
Has tocado
de verdad has tocado
el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amàs
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante el jadeo la caìda la fuga
Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazòn
habìa que tirarlos
habìa que llorarlos
habìa que inventarlos otra vez.

Bolero - Julio Cortázar



Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.

Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.

Por ahí un papelito
que solamente dice:

Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.

Y este fragmento:

La lenta máquina del desamor
los engranajes del reflujo
los cuerpos que abandonan las almohadas
las sábanas los besos

y de pie ante el espejo interrogándose
cada uno a sí mismo
ya no mirándose entre ellos
ya no desnudos para el otro
ya no te amo,
mi amor.

martes, 24 de agosto de 2010

Instrucciones para dar cuerda al reloj-Julio Cortázar



Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj


Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Instrucciones para dar cuerda al reloj


Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

Instrucciones para llorar-Julio Cortázar



Instrucciones para llorar. Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

La continuidad de los parques-Julio Cortázar



Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restallaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer. Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano. la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

La noche boca arriba - Julio Cortázar



Y salían en ciertas épocas a cazar enemigos;


le llamaban la guerra florida.

A mitad del largo zaguán del hotel pensó que debía ser tarde y se apuró a salir a la calle y sacar la motocicleta del rincón donde el portero de al lado le permitía guardarla. En la joyería de la esquina vio que eran las nueve menos diez; llegaría con tiempo sobrado adonde iba. El sol se filtraba entre los altos edificios del centro, y él -porque para sí mismo, para ir pensando, no tenía nombre- montó en la máquina saboreando el paseo. La moto ronroneaba entre sus piernas, y un viento fresco le chicoteaba los pantalones. Dejó pasar los ministerios (el rosa, el blanco) y la serie de comercios con brillantes vitrinas de la calle Central. Ahora entraba en la parte más agradable del trayecto, el verdadero paseo: una calle larga, bordeada de árboles, con poco tráfico y amplias villas que dejaban venir los jardines hasta las aceras, apenas demarcadas por setos bajos. Quizá algo distraído, pero corriendo por la derecha como correspondía, se dejó llevar por la tersura, por la leve crispación de ese día apenas empezado. Tal vez su involuntario relajamiento le impidió prevenir el accidente. Cuando vio que la mujer parada en la esquina se lanzaba a la calzada a pesar de las luces verdes, ya era tarde para las soluciones fáciles. Frenó con el pié y con la mano, desviándose a la izquierda; oyó el grito de la mujer, y junto con el choque perdió la visión. Fue como dormirse de golpe.
Volvió bruscamente del desmayo. Cuatro o cinco hombres jóvenes lo estaban sacando de debajo de la moto. Sentía gusto a sal y sangre, le dolía una rodilla y cuando lo alzaron gritó, porque no podía soportar la presión en el brazo derecho. Voces que no parecían pertenecer a las caras suspendidas sobre él, lo alentaban con bromas y seguridades. Su único alivio fue oír la confirmación de que había estado en su derecho al cruzar la esquina. Preguntó por la mujer, tratando de dominar la náusea que le ganaba la garganta. Mientras lo llevaban boca arriba hasta una farmacia próxima, supo que la causante del accidente no tenía más que rasguños en la piernas. "Usté la agarró apenas, pero el golpe le hizo saltar la máquina de costado..."; Opiniones, recuerdos, despacio, éntrenlo de espaldas, así va bien y alguien con guardapolvo dándole de beber un trago que lo alivió en la penumbra de una pequeña farmacia de barrio.
La ambulancia policial llegó a los cinco minutos, y lo subieron a una camilla blanda donde pudo tenderse a gusto. Con toda lucidez, pero sabiendo que estaba bajo los efectos de un shock terrible, dio sus señas al policía que lo acompañaba. El brazo casi no le dolía; de una cortadura en la ceja goteaba sangre por toda la cara. Una o dos veces se lamió los labios para beberla. Se sentía bien, era un accidente, mala suerte; unas semanas quieto y nada más. El vigilante le dijo que la motocicleta no parecía muy estropeada. "Natural", dijo él. "Como que me la ligué encima..." Los dos rieron y el vigilante le dio la mano al llegar al hospital y le deseó buena suerte. Ya la náusea volvía poco a poco; mientras lo llevaban en una camilla de ruedas hasta un pabellón del fondo, pasando bajo árboles llenos de pájaros, cerro los ojos y deseó estar dormido o cloroformado. Pero lo tuvieron largo rato en una pieza con olor a hospital, llenando una ficha, quitándole la ropa y vistiéndolo con una camisa grisácea y dura. Le movían cuidadosamente el brazo, sin que le doliera. Las enfermeras bromeaban todo el tiempo, y si no hubiera sido por las contracciones del estómago se habría sentido muy bien, casi contento.
Lo llevaron a la sala de radio, y veinte minutos después, con la placa todavía húmeda puesta sobre el pecho como una lápida negra, pasó a la sala de operaciones. Alguien de blanco, alto y delgado se le acercó y se puso a mirar la radiografía. Manos de mujer le acomodaban la cabeza, sintió que lo pasaban de una camilla a otra. El hombre de blanco se le acercó otra vez, sonriendo, con algo que le brillaba en la mano derecha. Le palmeó la mejilla e hizo una seña a alguien parado atrás.
Como sueño era curioso porque estaba lleno de olores y él nunca soñaba olores. Primero un olor a pantano, ya que a la izquierda de la calzada empezaban las marismas, los tembladerales de donde no volvía nadie. Pero el olor cesó, y en cambio vino una fragancia compuesta y oscura como la noche en que se movía huyendo de los aztecas. Y todo era tan natural, tenía que huir de los aztecas que andaban a caza de hombre, y su única probabilidad era la de esconderse en lo más denso de la selva, cuidando de no apartarse de la estrecha calzada que sólo ellos, los motecas, conocían.
Lo que más lo torturaba era el olor, como si aun en la absoluta aceptación del sueño algo se revelara contra eso que no era habitual, que hasta entonces no había participado del juego. "Huele a guerra", pensó, tocando instintivamente el puñal de piedra atravesado en su ceñidor de lana tejida. Un sonido inesperado lo hizo agacharse y quedar inmóvil, temblando. Tener miedo no era extraño, en sus sueños abundaba el miedo. Esperó, tapado por las ramas de un arbusto y la noche sin estrellas. Muy lejos, probablemente del otro lado del gran lago, debían estar ardiendo fuegos de vivac; un resplandor rojizo teñía esa parte del cielo. El sonido no se repitió. Había sido como una rama quebrada. Tal vez un animal que escapaba como él del olor a guerra. Se enderezó despacio, venteando. No se oía nada, pero el miedo seguía allí como el olor, ese incienso dulzón de la guerra florida. Había que seguir, llegar al corazón de la selva evitando las ciénagas. A tientas, agachándose a cada instante para tocar el suelo más duro de la calzada, dio algunos pasos. Hubiera querido echar a correr, pero los tembladerales palpitaban a su lado. En el sendero en tinieblas, buscó el rumbo. Entonces sintió una bocanada del olor que más temía, y saltó desesperado hacia adelante.
-Se va a caer de la cama -dijo el enfermo de la cama de al lado-. No brinque tanto, amigazo. Abrió los ojos y era de tarde, con el sol ya bajo en los ventanales de la larga sala. Mientras trataba de sonreír a su vecino, se despegó casi físicamente de la última a visión de la pesadilla. El brazo, enyesado, colgaba de un aparato con pesas y poleas. Sintió sed, como si hubiera estado corriendo kilómetros, pero no querían darle mucha agua, apenas para mojarse los labios y hacer un buche. La fiebre lo iba ganando despacio y hubiera podido dormirse otra vez, pero saboreaba el placer de quedarse despierto, entornados los ojos, escuchando el diálogo de los otros enfermos, respondiendo de cuando en cuando a alguna pregunta. Vio llegar un carrito blanco que pusieron al lado de su cama, una enfermera rubia le frotó con alcohol la cara anterior del muslo, y le clavó una gruesa aguja conectada con un tubo que subía hasta un frasco lleno de líquido opalino. Un médico joven vino con un aparato de metal y cuero que le ajustó al brazo sano para verificar alguna cosa. Caía la noche, y la fiebre lo iba arrastrando blandamente a un estado donde las cosas tenían un relieve como de gemelos de teatro, eran reales y dulces y a la vez ligeramente repugnantes, como estar viendo una película aburrida y pensar que sin embargo en la calle es peor, y quedarse.
Vino una taza de maravilloso caldo de oro oliendo a puerro, a apio, a perejil. Un trocito de pan, mas precioso que todo un banquete, se fue desmigajando poco a poco. El brazo no le dolía nada y solamente en la ceja, donde lo habían suturado, chirriaba a veces una punzada caliente y rápida. Cuando los ventanales de enfrente viraron a manchas de un azul oscuro, pensó que no iba a ser difícil dormirse. Un poco incómodo, de espaldas, pero al pasarse la lengua por los labios resecos y calientes sintió el sabor del caldo, y suspiró de felicidad, abandonándose.
Primero fue una confusión, un atraer hacia sí todas las sensaciones por un instante embotadas o confundidas. Comprendía que estaba corriendo en plena oscuridad, aunque arriba el cielo cruzado de copas de árboles era menos negro que el resto. "La calzada", pensó. "Me salí de la calzada." Sus pies se hundían en un colchón de hojas y barro, y ya no podía dar un paso sin que las ramas de los arbustos le azotaran el torso y las piernas. Jadeante, sabiéndose acorralado a pesar de la oscuridad y el silencio, se agachó para escuchar. Tal vez la calzada estaba cerca, con la primera luz del día iba a verla otra vez. Nada podía ayudarlo ahora a encontrarla. La mano que sin saberlo él, aferraba el mango del puñal, subió como un escorpión de los pantanos hasta su cuello, donde colgaba el amuleto protector. Moviendo apenas los labios musitó la plegaria del maíz que trae las lunas felices, y la súplica a la Muy Alta, a la dispensadora de los bienes motecas. Pero sentía al mismo tiempo que los tobillos se le estaban hundiendo despacio en el barro, y al la espera en la oscuridad del chaparral desconocido se le hacía insoportable. La guerra florida había empezado con la luna y llevaba ya tres días y tres noches. Si conseguía refugiarse en lo profundo de la selva, abandonando la calzada mas allá de la región de las ciénagas, quizá los guerreros no le siguieran el rastro. Pensó en la cantidad de prisioneros que ya habrían hecho. Pero la cantidad no contaba, sino el tiempo sagrado. La caza continuaría hasta que los sacerdotes dieran la señal del regreso. Todo tenía su número y su fin, y él estaba dentro del tiempo sagrado, del otro lado de los cazadores.
Oyó los gritos y se enderezó de un salto, puñal en mano. Como si el cielo se incendiara en el horizonte, vio antorchas moviéndose entre las ramas, muy cerca. El olor a guerra era insoportable, y cuando el primer enemigo le saltó al cuello casi sintió placer en hundirle la hoja de piedra en pleno pecho. Ya lo rodeaban las luces y los gritos alegres. Alcanzó a cortar el aire una o dos veces, y entonces una soga lo atrapó desde atrás. -Es la fiebre -dijo el de la cama de al lado-. A mí me pasaba igual cuando me operé del duodeno. Tome agua y va a ver que duerme bien.
Al lado de la noche de donde volvía la penumbra tibia de la sala le pareció deliciosa. Una lámpara violeta velaba en lo alto de la pared del fondo como un ojo protector. Se oía toser, respirar fuerte, a veces un diálogo en voz baja. Todo era grato y seguro, sin acoso, sin... Pero no quería seguir pensando en la pesadilla. Había tantas cosas en qué entretenerse. Se puso a mirar el yeso del brazo, las poleas que tan cómodamente se lo sostenían en el aire. Le habían puesto una botella de agua mineral en la mesa de noche. Bebió del gollete, golosamente. Distinguía ahora las formas de la sala, las treinta camas, los armarios con vitrinas. Ya no debía tener tanta fiebre, sentía fresca la cara. La ceja le dolía apenas, como un recuerdo. Se vio otra vez saliendo del hotel, sacando la moto. Quién hubiera pensado que la cosa iba a acabar así? Trataba de fijar el momento del accidente, y le dio rabia advertir que había ahí como un hueco, un vacío que no alcanzaba a rellenar. Entre el choque y el momento en que lo habían levantado del suelo, un desmayo o lo que fuera no le dejaba ver nada. Y al mismo tiempo tenía la sensación de que ese hueco, esa nada, había durado una eternidad. No, ni siquiera tiempo, más bien como si en ese hueco él hubiera pasado a través de algo o recorrido distancias inmensas. El choque, el golpe brutal contra el pavimento. De todas maneras al salir del pozo negro había sentido casi un alivio mientras los hombres lo alzaban del suelo. Con el dolor del brazo roto, la sangre de la ceja partida, la contusión en la rodilla; con todo eso, un alivio al volver al día y sentirse sostenido y auxiliado. Y era raro. Le preguntaría alguna vez al médico de la oficina. Ahora volvía a ganarlo el sueño, a tirarlo despacio hacia abajo. La almohada era tan blanda, y en su garganta afiebrada la frescura del agua mineral. Quizá pudiera descansar de veras, sin las malditas pesadillas. La luz violeta de la lámpara en lo alto se iba apagando poco a poco.
Como dormía de espaldas, no lo sorprendió la posición en que volvía a reconocerse, pero en cambio el olor a humedad, a piedra rezumante de filtraciones, le cerró la garganta y lo obligó a comprender. Inútil abrir los ojos y mirar en todas direcciones; lo envolvía una oscuridad absoluta. Quiso enderezarse y sintió las sogas en las muñecas y los tobillos. Estaba estaqueado en el piso, en un suelo de lajas helado y húmedo. El frío le ganaba la espalda desnuda, las piernas. Con el mentón buscó torpemente el contacto con su amuleto, y supo que se lo habían arrancado. Ahora estaba perdido, ninguna plegaria podía salvarlo del final. Lejanamente, como filtrándose entre las piedras del calabozo, oyó los atabales de la fiesta. Lo habían traído al teocalli, estaba en las mazmorras del templo a la espera de su turno.
Oyó gritar, un grito ronco que rebotaba en las paredes. Otro grito, acabando en un quejido. Era él que gritaba en las tinieblas, gritaba porque estaba vivo, todo su cuerpo se defendía con el grito de lo que iba a venir, del final inevitable. Pensó en sus compañeros que llenarían otras mazmorras, y en los que ascendían ya los peldaños del sacrificio. Gritó de nuevo sofocadamente, casi no podía abrir la boca, tenía las mandíbulas agarrotadas y a la vez como si fueran de goma y se abrieran lentamente, con un esfuerzo interminable. El chirriar de los cerrojos lo sacudió como un látigo. Convulso, retorciéndose, luchó por zafarse de las cuerdas que se le hundían en la carne. Su brazo derecho, el mas fuerte, tiraba hasta que el dolor se hizo intolerable y hubo que ceder. Vio abrirse la doble puerta, y el olor de las antorchas le llegó antes que la luz. Apenas ceñidos con el taparrabos de la ceremonia, los acólitos de los sacerdotes se le acercaron mirándolo con desprecio. Las luces se reflejaban en los torsos sudados, en el pelo negro lleno de plumas. Cedieron las sogas, y en su lugar lo aferraron manos calientes, duras como el bronce; se sintió alzado, siempre boca arriba, tironeado por los cuatro acólitos que lo llevaban por el pasadizo. Los portadores de antorchas iban adelante, alumbrando vagamente el corredor de paredes mojadas y techo tan bajo que los acólitos debían agachar la cabeza. Ahora lo llevaban, lo llevaban, era el final. Boca arriba, a un metro del techo de roca viva que por momentos se iluminaba con un reflejo de antorcha. Cuando en vez del techo nacieran las estrellas y se alzara ante él la escalinata incendiada de gritos y danzas, sería el fin. El pasadizo no acababa nunca, pero ya iba a acabar, de repente olería el aire libre lleno de estrellas, pero todavía no, andaban llevándolo sin fin en la penumbra roja, tironeándolo brutalmente, y él no quería, pero como impedirlo si le habían arrancado el amuleto que era su verdadero corazón, el centro de su vida.
Salió de un brinco a la noche del hospital, al alto cielo raso dulce, a la sombra blanda que lo rodeaba. Pensó que debía haber gritado, pero sus vecinos dormían callados. En la mesa de noche, la botella de agua tenía algo de burbuja, de imagen traslúcida contra la sombra azulada de los ventanales. Jadeó buscando el alivio de los pulmones, el olvido de esas imágenes que seguían pegados a sus párpados. Cada vez que cerraba los ojos las veía formarse instantáneamente, y se enderezaba aterrado pero gozando a la vez del saber que ahora estaba despierto, que la vigilia lo protegía, que pronto iba a amanecer, con el buen sueño profundo que se tiene a esa hora, sin imágenes, sin nada... Le costaba mantener los ojos abiertos, la modorra era más fuerte que él. Hizo un último esfuerzo, con la mano sana esbozó un gesto hacia la botella de agua; no llegó a tomarla, sus dedos se cerraron en un vacío otra vez negro, y el pasadizo seguía interminable, roca tras roca, con súbitas fulguraciones rojizas, y él boca arriba gimió apagadamente porque el techo iba a acabarse, subía, abriéndose como una boca de sombra, y los acólitos se enderezaban y de la altura una luna menguante le cayó en la cara donde los ojos no querían verla, desesperadamente se cerraban y abrían buscando pasar al otro lado, descubrir de nuevo el cielo raso protector de la sala. Y cada vez que se abrían era la noche y la luna mientras lo subían por la escalinata, ahora con la cabeza colgando hacia abajo, y en lo alto estaban las hogueras, las rojas columnas de rojo perfumado, y de golpe vio la piedra roja, brillante de sangre que chorreaba, y el vaivén de los pies del sacrificado, que arrastraban para tirarlo rodando por las escalinatas del norte. Con una última esperanza apretó los párpados, gimiendo por despertar. Durante un segundo creyó que lo lograría, porque estaba otra vez inmóvil en al cama, a salvo del balanceo cabeza abajo. Pero olía a muerte y cuando abrió los ojos vio la figura ensangrentada del sacrificador que venía hacia él con el cuchillo de piedra en la mano. Alcanzó a cerrar otra vez los párpados, aunque ahora sabía que no iba a despertarse, que estaba despierto, que el sueño maravilloso había sido el otro, absurdo como todos los sueños; un sueño en el que había andado por extrañas avenidas de una ciudad asombrosa, con luces verdes y rojas que ardían sin llama ni humo, con un enorme insecto de metal que zumbaba bajo sus piernas. En la mentira infinita de ese sueño también lo habían alzado del suelo, también alguien se le había acercado con un cuchillo en la mano, a él tendido boca arriba, a él boca arriba con los ojos cerrados entre las hogueras.



(Julio Cortázar, "Final del Juego", Ed. Sudamericana, Bs.As. 1993)